Evitemos incendios: cada segundo cuenta
Ya estamos en plena época de calor, y en muchos lugares la lluvia ha sido escasa durante días o, cuando cae, se evapora rápidamente. Esta sequedad convierte los rastrojos, campos y vegetación seca en un combustible altamente inflamable.
Los rastrojos son, a menudo, el origen de muchos incendios provocados sin intención, pero por falta de medidas preventivas. Pequeñas tareas que generan chispas —como cortar, soldar o usar maquinaria— pueden desencadenar un fuego si no se toman las precauciones adecuadas.
Si debemos realizar trabajos con riesgo de incendio, debemos estar preparados para actuar con rapidez y eficacia. Tener a mano un extintor, una manguera con agua, una pala apagafuegos, una mochila de agua o cualquier otro equipo de primera intervención puede marcar la diferencia entre conservar un entorno verde y lleno de vida, o verlo convertido en un paisaje negro, lleno de ceniza y desolación.
Un segundo puede cambiarlo todo. Actuemos con responsabilidad.








